Casmar colabora en el proyecto europeo Secur’Cities

A raíz de los atentados terroristas del 17 de agosto de 2017, la ciudad de Barcelona detectó la necesidad de mejorar la prevención y la capacidad de respuesta ante incidentes con múltiples víctimas. En este contexto, se volvió imprescindible proponer un nuevo diseño del paisaje urbano que permita reducir la vulnerabilidad de los espacios públicos, ofrecer refugios en caso de ataques por tiradores activos, impedir atropellos masivos con vehículos y mitigar la onda expansiva de una explosión.

En enero de 2019 se puso en marcha el proyecto Secur’Cities, una iniciativa impulsada por Ayuntamiento de Barcelona, juntamente con la ciudad de Lyon, con el objetivo de mejorar la “prevención y respuesta delante de incidentes con múltiples víctimas”. Finalmente, pasados los tres años de duración del proyecto, el viernes pasado tuvo lugar, en la Fundación Joan Miró, el evento de cierre de este proyecto de 2.884.753 euros de seguridad ciudadana, financiado mayoritariamente por la Comisión Europea, el órgano ejecutivo de la Unión Europea, y en el que Casmar ha participado en calidad de asesor y como expertos en Inteligencia Artificial aplicada a la videovigilancia.

La iniciativa de Secur'cities se basa en tres ejes fundamentales:

  1. Proteger espacios emblemáticos. Es una de las prioridades del sistema de seguridad europeo Secur'cities. En este sentido, el Ayuntamiento de Barcelona ha puesto el punto de mira en la Avenida de la Reina María Cristina, “escenario de diversos acontecimientos con gran afluencia de personas”. Este punto también agrupa los estudios sobre la protección de zonas vulnerables de la ciudad con el fin de mejorar técnicamente los sistemas de defensa.
  2. Digitalizar los sistemas de vídeo vigilancia.  Modernizar el sistema de videovigilancia en el ámbito de la seguridad urbana, para garantizar una detección rápida de incidentes y la identificación ágil de personas, objetos o vehículos que puedan representar un riesgo para la seguridad. Para ello se ha hecho una transición del sistema analógico a un sistema digital, desarrollo de un software de análisis de imágenes y detección automática e incorporación de cámaras de lectura automática de matrícula.
  3. Intercambio de buenas prácticas de seguridad urbana entre las ciudades europeas. El tercer y último eje del sistema Secur'cities busca la sinergia de las autoridades de los miembros de la Unión Europea para que compartan metodologías sobre prevención y seguridad. En este sentido, el Ayuntamiento de Barcelona ha recibido a una delegación municipal de Lyon, la otra ciudad europea en la que ya está activo el plan Secur'cities de seguridad urbana.

En el marco del proyecto, durante el acto realizado los días 3 y 4 de noviembre, Jordi Alonso, director de la División de Vídeo de Casmar, presento el “Informe de los expertos sobre las tecnologías de videoprotección”. En su intervención, destacó el impacto que la inteligencia artificial está teniendo en el desarrollo y mejora de los sistemas de seguridad. Mientras los sistemas de videovigilancia convencionales son simples y reactivos, la IA los transforma en inteligentes y proactivos, aportando más y mejores herramientas para poder garantizar la protección y bienestar de los ciudadanos. Mediante la incorporación de diferentes algoritmos se pueden clasificar vehículos, personas, detectar comportamientos, analizar atributos personales, reconocer matrículas y mucho más para contribuir a crear espacios seguros.

Por último, Alonso introdujo la aplicación de la Inteligencia Artificial en sistemas de vuelo no tripulado (UAS) y hacía donde va la normativa. Además, explicó cómo se clasifican los drones, en función de su sustentación, número de motores y la línea de visión entre piloto y UAS, así como los tipos disponibles según si tienen la IA embarcada o en tierra y las aplicaciones de unos y otros.

Secur’Cities, y Casmar, reconocen la necesidad de rediseñar las estrategias de seguridad vigentes y de desplegar nuevas prácticas y metodologías que permitan proteger a la ciudadanía y, al mismo tiempo, disfrutar con normalidad y libertad de los espacios públicos. Para ello, la colaboración público-privada es imprescindible.